jueves, 19 de diciembre de 2013

LECCIÓN DE SUPERMERCADO



Mucha de la gente que conozco tanto como la gente que no tengo el agrado de conocer va a los Supermercados  con regular frecuencia a realizar distintas actividades.
Unas acuden a comprar alimentos, otras compran ropa, calzado, bienes para equipar su hogar entre otros.
En cuestión de precios algunos productos favorecen  la economía del bolsillo y otros no, pocas personas son las que se percatan de ello; ya que mayormente acuden a un Supermercado por simple inercia.
Cierto día entré a un Supermercado a comprar un poco de vida…tú dirás ¿vida?, yo te digo así es…vida. Recorrí el local, observaba a la gente, a los niños y niñas con sonrisas en sus rostros, esa sonrisa inocente que todos alguna vez poseíamos y que muchos actualmente se niegan a manifestar  por enterrar ese lado de niño inocente y tener una mala idea sobre el crecer y madurar como persona. Mi recorrido continuaba viendo productos de todo tipo, los cuales cubren una serie de necesidades, cuando finalmente hallé ese poco de vida… “una botella de agua de un litro”  abrí la nevera donde se hallaba, la tomé en mis manos y mentalmente mi sed ya estaba desapareciendo un poco, luego me dispuse a ir al cajero y cancelar el precio por el poco de vida, mi sorpresa fue grata al ver a una simpática chica de bonita sonrisa la cual estaba unos metros delante de mí, la cual había comprado también un poco de vida, ella llevaba en sus manos una grande, jugosa y roja manzana. La gente de su entorno prestaba poca importancia al observar eso que yo percibía muy bien…quizá hubo gente que hasta con prejuicios mentales dijo: y esta mujer solo viene al Supermercado por una manzana. La verdad es esa en este mundo hay todo tipo de personas pero no tratemos de imitar a aquellas que van por una mala senda, seamos mejores cada día. Luego que la chica compró su manzana me apresuré a avanzar y pagar por mi poco de vida, seguí a la chica mientras bebía mi agua, grata fue la sorpresa al ver que la chica entregó esa manzana que compró a un niño de la calle, esos niños que se ganan la vida desde muy pequeños limpiando carros o vendiendo caramelos para subsistir, ver eso fue una de esas lecciones que no se olvidarán jamás. Muchas personas dan lo que les sobra, esa chica dio con las pocas monedas que tenía en su bolsillo lo único que tenía…dio un poco de vida.
Saber lo que sucede cada segundo en  algún lugar del planeta para un simple mortal con tal solo sus sentidos es un tanto imposible, llenarnos de datos innecesarios solo haría que nuestro sistema nervioso colapse, es por eso que nosotros…”los humanos” somos seres selectivos, lo cual es un arma de doble filo en el sentido que unos saben elegir bien y otros terminan perdiéndose debido a sus elecciones. No me refiero a que seamos santos o algo por el estilo, en algunas oportunidades hemos actuado con odio y malicia y otros sentimientos muy negativos; pero en ese momento en el que reflexionamos y nos damos cuenta de nuestros actos ya somos mejor que antes…y de esa forma somos más grandes y crecemos debidamente, convirtiendo a este mundo mayormente teñido de gris en un mundo más colorido.