viernes, 28 de julio de 2017

JUEGA PENSANDO Y PIENSA JUGANDO



Era la mañana de verano del año 2014, en la ciudad del eterno calor, Sullana. Estaba de vacaciones y tuve ganas de salir a ver si había algo interesante en el centro de mi ciudad y sí que lo había, una serie de talleres para niños y jóvenes, pero la verdad no me sentí atraído por ellos hasta que, caminando un poco más por el centro de convenciones de mi ciudad, vi los tableros y las piezas del juego llamado ajedrez, reconozco que al inicio tuve un poco de miedo para acercarme ya que hacía tiempos que no jugaba ese deporte, es más no sabía enrocar.

Era muy grato ver a padres, jóvenes, niños y niñas jugando, a la vez aprendiendo y pensando, ya que no había alguna forma de discriminación, los niños podían jugar con sus padres, niños contra niñas, etc. Cuando pude acercarme estuve muy atento observando como jugaban, pude aprender a enrocar con solo mirar, pude preguntar ciertas inquietudes al profesor de ajedrez, cuyo nombre es Wilmer Chunga. El profe Chunga o simplemente Chunga como a veces le digo porque ahora ya somos amigos a raíz de esa ocasión, de momentos compartidos con el ajedrez, actividades relacionadas con ese deporte, además de apoyarlo con otra de sus pasiones, la escritura.


Chunga, profesor de ajedrez, escritor apasionado, padre de familia y amigo brinda sus clases en verano casi todos los días en doble horario, los demás meses del año, los fines de semana por las tardes. Esa actividad ya la brinda hace 12 años aproximadamente en Sullana y según me contó comenzó en Zapallal, una ciudad limeña. Claramente su finalidad no es ser millonario dando clases de ajedrez, ya que lo que cobra en la plaza por hora es un nuevo sol. Y si alguien que se le acerca es de extrema pobreza le brinda las clases gratis. El ajedrez tiene muchas aplicaciones en la vida, él claramente lo sabe, una de las principales es pensar antes de realizar una acción, se piensa jugando y se juega pensando. En este deporte no interviene la suerte, y lo bueno es que, si te equivocas, y aprendes, en realidad no pierdes.


Los valores del ajedrez se pueden extrapolar a cualquier actividad de la vida, uno se queja menos y hace más, es claro que la vida no es color de rosa, pero uno puede colorear el gris, seguir y no rendirse, tal como lo hace Chunga a lo largo de su día a día. Hombre que sin tener un título universitario ha enseñado, y sigue enseñando algo que no sirve únicamente para el momento, sino que es algo que bien aplicado resultará muy útil a lo largo de toda la vida.