sábado, 2 de enero de 2016

LLANTO DESESPERADO




La observaba a lo lejos mientras esperaba en una camioneta a que salga un amigo mío, el motivo de eso fueron unos días de paseo en otra ciudad. 

Ella estaba allí sentada entre dos árboles, el sol irradiaba todo el ambiente, de repente de la calma y quietud lágrimas brotaron de sus ojos.

No supe el porqué del río de sus ojos, aquello fue un gran misterio que aún recuerdo, pudieron ser el producto de furia aguantada por mucho tiempo, quizá un inmenso miedo, tal vez una gran preocupación; podrían haber sido el producto de más de mil razones, es lo que creo.

Pero el llanto desesperado e impasible era un medio era su medio de desahogarse, quitar quizá penas pasadas, olvidar heridas abiertas y muy en el fondo creo que fue su mecanismo para purificar su vida. 


¡CARPE DIEM!




No es necesario llegar al último para ser llamado perdedor, pues plenamente considero perdedor a aquella persona que ni siquiera intentó luchar por su sueño, que no se atrevió a dar los pasos para hacerlo realidad. 

Es probable que aquella persona se dejó vencer por sus miedos, aquellos que lograron consumir hasta sus huesos; aquellos que tornaron de color diferente su piel. 

Si tienes que dar la vida por algo, no temas… se firme, compite y nunca te des por vencido.

Sé uno de los que viva el “hoy” y no se esconda del mañana, teniendo claro que el pasado no existe y jamás volverá. 

Si tienes algo que hacer… ¡Hazlo ahora!