La observaba a lo lejos mientras esperaba en
una camioneta a que salga un amigo mío, el motivo de eso fueron unos días de
paseo en otra ciudad.
Ella estaba allí sentada entre dos árboles, el
sol irradiaba todo el ambiente, de repente de la calma y quietud lágrimas
brotaron de sus ojos.
No supe el porqué del río de sus ojos, aquello fue un gran
misterio que aún recuerdo, pudieron ser el producto de furia aguantada por mucho tiempo, quizá un inmenso
miedo, tal vez una gran preocupación; podrían haber sido el producto de más de
mil razones, es lo que creo.
Pero el llanto desesperado e impasible era un
medio era su medio de desahogarse, quitar quizá penas pasadas, olvidar heridas
abiertas y muy en el fondo creo que fue su mecanismo para purificar su vida.