Mucha de la gente que conozco
tanto como la gente que no tengo el agrado de conocer va a los Supermercados con regular frecuencia a realizar distintas
actividades.
Unas acuden a comprar alimentos,
otras compran ropa, calzado, bienes para equipar su hogar entre otros.
En cuestión de precios algunos
productos favorecen la economía del
bolsillo y otros no, pocas personas son las que se percatan de ello; ya que
mayormente acuden a un Supermercado por simple inercia.
Cierto día entré a un
Supermercado a comprar un poco de vida…tú dirás ¿vida?, yo te digo así es…vida.
Recorrí el local, observaba a la gente, a los niños y niñas con sonrisas en sus
rostros, esa sonrisa inocente que todos alguna vez poseíamos y que muchos
actualmente se niegan a manifestar por
enterrar ese lado de niño inocente y tener una mala idea sobre el crecer y
madurar como persona. Mi recorrido continuaba viendo productos de todo tipo,
los cuales cubren una serie de necesidades, cuando finalmente hallé ese poco de
vida… “una botella de agua de un litro” abrí la nevera donde se hallaba, la tomé en
mis manos y mentalmente mi sed ya estaba desapareciendo un poco, luego me
dispuse a ir al cajero y cancelar el precio por el poco de vida, mi sorpresa
fue grata al ver a una simpática chica de bonita sonrisa la cual estaba unos
metros delante de mí, la cual había comprado también un poco de vida, ella
llevaba en sus manos una grande, jugosa y roja manzana. La gente de su entorno
prestaba poca importancia al observar eso que yo percibía muy bien…quizá hubo
gente que hasta con prejuicios mentales dijo: y esta mujer solo viene al
Supermercado por una manzana. La verdad es esa en este mundo hay todo tipo de
personas pero no tratemos de imitar a aquellas que van por una mala senda,
seamos mejores cada día. Luego que la chica compró su manzana me apresuré a
avanzar y pagar por mi poco de vida, seguí a la chica mientras bebía mi agua,
grata fue la sorpresa al ver que la chica entregó esa manzana que compró a un
niño de la calle, esos niños que se ganan la vida desde muy pequeños limpiando
carros o vendiendo caramelos para subsistir, ver eso fue una de esas lecciones
que no se olvidarán jamás. Muchas personas dan lo que les sobra, esa chica dio
con las pocas monedas que tenía en su bolsillo lo único que tenía…dio un poco
de vida.
Saber lo que sucede cada segundo
en algún lugar del planeta para un
simple mortal con tal solo sus sentidos es un tanto imposible, llenarnos de
datos innecesarios solo haría que nuestro sistema nervioso colapse, es por eso
que nosotros…”los humanos” somos seres selectivos, lo cual es un arma de doble
filo en el sentido que unos saben elegir bien y otros terminan perdiéndose
debido a sus elecciones. No me refiero a que seamos santos o algo por el estilo,
en algunas oportunidades hemos actuado con odio y malicia y otros sentimientos
muy negativos; pero en ese momento en el que reflexionamos y nos damos cuenta
de nuestros actos ya somos mejor que antes…y de esa forma somos más grandes y
crecemos debidamente, convirtiendo a este mundo mayormente teñido de gris en un
mundo más colorido.