Cuando salgo, ya
sea calle o un parque en compañía de mi mascota (una perra mestiza), personas
que me conocen y saludan llegan a preguntarme ¿cómo se llama? Miro a los ojos a
la persona que pregunta y les digo Naftina, la persona suele no captar muy bien el nombre o cree que he
pronunciado mal y vuelven a preguntar ¿Nafti qué? Y vuelvo a insistir que su
nombre es Naftina.
Más de un
individuo que en ese momento se entera del nombre de mi mascota se sorprende y
no entienden su origen o significado.
Es cierto que cuando me la obsequiaron (aproximadamente
febrero de 2014) ni yo sabía que nombre ponerle. Teniendo en cuenta que un
nombre es algo que identifica una existencia en este mundo tuve que pensar y
meditar.
Para ese
entonces cursaba los últimos de la carrera de Ingeniería Química, así que dije
para mis adentros ¡deberá ser un nombre que en parte contenga química!
Para ello me
basé en sus colores, los cuales son negro (en su gran mayoría) y blanco. Tratándose
de un ser vivo tenía que llevar algún nombre de la nomenclatura de los
compuestos orgánicos y pues decidí que sea Nafteno y Naftaleno, ya que la Naftalina
(nombre comercial del naftaleno) suele ser venderse en forma de bolitas blancas
para evitar la proliferación de polillas en armarios o roperos y justamente
cuando recibí a la perrita de un mes de nacida solía dormir encogida formando a
la vista una pelotita de pelos.
Del nafteno solo
diré que se trata de hidrocarburos saturados y al ser hidrocarburos nacen del
petróleo y este tiene un color negro, color que en su mayoría posee Naftina.